En mayo de 2017 vuelven a salir a la palestra por un impuesto a las bebidas azucaradas que se acaba de incorporar en cataluña. Aquí mi reflexión.
Primero os dejo con las noticias:
- El País: Las latas de refresco cuestan un 7% más desde hoy en cataluña.
- El Economista: Entra en vigor el impuesto a bebidas azucaradas en Cataluña: así se gravarán los zumos, refrescos o batidos.
- El Periódico: El lunes entrará en vigor el gravamen sobre las bebidas azucaradas.
- Eldiario.es: Catalunya empezará a cobrar el impuesto al azúcar con el miedo a que lo tumbe Montoro.
- El Español: El polémico ‘impuesto Coca-Cola’ que no convence a casi nadie.
En realidad, más que exponer una opinión personal quiero trasladados un reciente estudio científico que versa sobre este mismo tema: las bebidas azucaradas. Creo que puede ser un gran punto de partida para la realización de una reflexión personal sobre la conveniencia de este tipo de impuestos. ¿Estas iniciativas se quedan cortas?. O por el contrario ¿son absolutamente excesivas?.
Estudio: importantes datos
El estudio que os traigo tiene por título: “Global Trends in the Affordability of Sugar-Sweetened Beverages, 1990–2016”. (Tendencia mundial en el acceso a bebidas azucaradas, 1990-2016) Como veis ha sido publicado el 4 de Mayo de 2017 en la Revista: Preventing Chronic Disease.
Os intento hacer un breve resumen:
Comienzo por la conclusión: las bebidas azucaradas se han hecho más asequibles en todos los rincones del planeta.
Para el estudio se analizaron en 82 países los precios de las bebidas azucaradas teniendo en cuenta el poder adquisitivo de cada uno de ellos. Si estudiaron 40 países con un alto nivel adquisitivo y 42 con un bajo o medio poder adquisitivo. Como habéis podido ver en el título del estudio se realizó durante 26 años desde 1990 a 2016. Como ítem de referencia se utilizó la Coca-Cola, ya que esta marca vende el 25,8% de este tipo de bebidas.
Resultados como puedes imaginar: catastróficos. En 79 de los 82 países los refrescos con el paso de los años se hicieron cada vez más asequibles. Este abaratamiento de las bebidas se producen por dos factores:
- un aumento de la renta per capita en el país.
- una disminución del precio las bebidas.
En datos más terrenales:
una persona en 2016 puede comprar un 71% más de bebidas azucaradas de lo que lo podía haber hecho en 1990.
Quizás esto no supuse es un problema si hubiese ocurrido con todos los productos. Pero los investigadores controlar al mismo tiempo el precio de la botella de agua en estos mismos países durante el mismo periodo de tiempo. Lamentablemente los resultados fueron prácticamente opuestos.
El agua es más cara y menos accesible que la Coca-Cola.
El propio estudio concluye que si no se toma las medidas POLITICAS oportunas para incrementar el precio de estas latas de bebidas azucaradas los esfuerzos mundiales para frenar la grave epidemia de obesidad, diabetes y sus enfermedades relacionadas se verán severamente obstaculizados.
En definitiva: sí al impuesto a las bebidas azucaradas
De las dos razones esgrimidas en el estudio, lógicamente es positivo el aumento del poder adquisitivo de los ciudadanos. Pero como bien explican, son necesarias medidas para frenar la dramática escalada en las enfermedades que hemos hablado anteriormente. Deben orientarse a gravar aquellos productos de los que se sabe a ciencia cierta qué van a perjudicar a corto, medio y largo plazo la salud de los ciudadanos. Del mismo modo que ser realizado lo largo de los años con el alcohol y el tabaco, aunque los resultados hayan resultado dispares.
Por lo tanto, mi posición en este tema queda clara. Creo que los gobiernos deben velar por la salud de los ciudadanos, y por lo tanto, tomar medidas concretas para hacer que estos productos dañinos sean menos accesibles para la población.
Si al impuesto a las bebidas azucaradas.
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